Ganas de comernos al
mundo
Las formas en que ahora nos
organizamos y nos comunicamos mediante las nuevas plataformas digitales y el
uso de las redes sociales han cambiado las maneras en que ahora se concibe el
concepto de trabajo. Trabajar ahora se ha convertido en un proceso dinámico,
innovador y divertido donde las debilidades de un colaborador se pueden
complementar con las fortalezas de otro.
La tecnología responde ahora a
las nuevas plataformas de consumo que se dan en el contexto global digital. Las
relaciones se basan ante todo en el compromiso y la responsabilidad para con el
otro. “Tú necesitas lo que yo tengo, y yo necesito lo que tú tienes”.
De acuerdo con Alvin Toffler, escritor
y teórico norteamericano en su libro La
tercera ola, define el término prosumidor, el cual nos hará comprender las
nuevas formas de consumo en el entorno digital: “Los prosumidores son personas
que consumen lo que ellos mismos producen; en lugar de venderlo, es para su
propio uso”.
Julián Woodside, catedrático del Claustro de Sor Juana ha comentado acerca
de cómo internet es un mero reflejo de la sociedad, de sus pautas de
comportamiento y evolución a través de las nuevas tecnologías de información en
comunicación (TIC).
Lo subraya acertadamente Jesús Galindo: “El ciberespacio es un escenario
donde múltiples sistemas de información tienen un nuevo nicho para difundirse,
a gran velocidad, con impecable fidelidad”.
Atrás ha quedado la imagen de aquel personaje intelectual encerrado con un
mundo de conocimientos tras cuatro paredes; compartir es la premisa en “la era
del conocimiento”. Es inevitable imaginar al arquetipo de “Godínez de oficina”,
vistiendo trajes que no son de su agrado y haciendo todo aquello que no le
gusta hacer.
El coworking busca generar ideas innovadoras de calidad y crear
plataformas de vinculación por medio de talentos creativos. La tecnología
construye nuevas redes de “mercados de confianza”. La “inteligencia social”
puede ser definida como la importancia de rodearse de personas que estén interesadas
en compartir objetivos comunes y existe una premisa en estas nuevas formas de
trabajo: rodearse de personas más inteligentes.
Perder el miedo para alcanzar el
éxito, arrojarse el vacío, caer y levantarse, aprender de los fracasos,
sacudirse el polvo y levantar la cara son algunas frases que se estilan en las
reuniones de emprendedores. El coworking trata
de resaltar la importancia de las relaciones humanas en los procesos de
trabajo. Las organizaciones ahora parten de la premisa de tomar acciones indispensables
para satisfacer necesidades de acuerdo con la información del mercado.
El coworking o trabajo colaborativo fue un término acuñado por Bernie
DeKoven en el año 1999, pero fue Brad Neuberg quien realmente lo difunde en
2009, ya que es a él a quien se le atribuye el primer espacio de coworking en San Francisco llamado “Hat
Factory”.
Jeff Howe, editor y colaborador
de la revista especializada en tecnología “Wired” publicó en 2006 un artículo
llamado “The rise of crowdsourcing”.
Howe expone en su artículo el poder de convocatoria que tienen ahora las
multitudes con el uso de las nuevas plataformas digitales y define el crowdsourcing como:
"La externalización, por
parte de una empresa o institución, de una función realizada por un empleado a
un grupo indefinido (y normalmente grande) de personas mediante una
convocatoria abierta. Esta externalización puede tomar la forma de una
producción-de-iguales cuando el trabajo se realiza de forma colaborativa, pero
también puede llevarse a cabo de forma individual".
El coworking particularmente está dirigido a los trabajadores
independientes (freelance), a las personas que trabajan usando el teletrabajo o
a los emprendedores. Difícilmente un emprendedor cuenta con el capital
necesario para invertirlo en su proyecto y ejecutarlo a corto plazo.
El coworking permite trabajar por proyectos sin necesidad de contratos
ventajosos compartiendo costos y ganancias en porcentajes proporcionales para
cada miembro de la organización. El coworking
permite y fomenta la independencia y libertad al momento de llevar a cabo un
proyecto.
Una de las ventajas del coworking es que te permite trabajar
desde cualquier lugar que tenga acceso a internet, haciendo uso de las nuevas
plataformas digitales. Ya no es necesario pasar de 8 a 12 horas en la oficina.
El trabajo colaborativo permite administrar el tiempo, horas de trabajo y
fechas de entregas de los proyectos. Aquí ya no tendrás que soportar los gritos
desesperados de tú jefe; aquí tú eres el jefe.
Los espacios de coworking permiten entablar relaciones
personales afines, conformando y organizando equipos multidisciplinarios de
trabajo. Además permite compartir y ahorrar costos, ya que los espacios
destinados al coworking están
equipados con todas las necesidades que pueden existir en una oficina: sala de
juntas, conexión a internet, instalaciones cómodas y un ambiente relajado de
trabajo.
En México últimamente se le ha
dado mayor espacio y difusión al desarrollo y futuro crecimiento de la cultura
emprendedora. Lugares como Startup
Weekend se postulan como la mejor experiencia educativa para emprendedores.
Startup Weekend es una red global de líderes y emprendedores
apasionados con la misión de inspirar, educar y empoderar a las personas,
equipos y comunidades sobre cultura emprendedora El espacio invita a compartir
ideas, formar equipos y crear startups.
O Startupdrinks, cuyo objetivo es reunir un
mundo de ideas bajo un mismo techo, donde mes a mes, la comunidad emprendedora
se da cita en distintos bares de la república mexicana; el único requisito es
traer un concepto innovador y compartirlo con personas de mayor experiencia
-conocidos como mentores- para saber cómo le han hecho, buscando crear sinergia
de conocimientos y ofrecer soluciones de negocio.
A estas
reuniones asisten diversidad de personajes, desde estudiantes deseosos de
conseguir financiamiento para llevar a cabo sus proyectos, así como mentores,
inversionistas, aliados estratégicos y viejos lobos de mar dentro de la cultura
emprendedora. Se platica bajo el calor de una copa mientras la música suena
bajo las luces tenues; la finalidad es romper el hielo. Sorbo tras sorbo, el
conocimiento fluye de una boca a otra.
Una startup se define como una organización de
carácter multidisciplinario, donde se sugiere que en menos tiempo, con poca
cantidad de recursos, pero que cuenta con una gran cantidad de conocimientos,
se encuentre el mejor modelo de negocio, para después, con la ayuda de un
“ángel” se ponga a disposición el capital de inversión necesario para impulsar
el proyecto.
Estos
eventos generalmente son patrocinados por incubadoras de empresas,
principalmente dirigidas por personas que están dispuestas a invertir su
dinero, siempre y cuando la idea sea atractiva y redituable a corto, mediano y
largo plazo.
Los emprendedores solo cuentan
con una idea, pero esa idea podría ser capaz de revolucionar al mundo. El
conocimiento, ante todo, debe compartirse en la llamada “era del conocimiento”.
Es el nuevo orden mundial que se establece tras el monitor, el lugar donde no
existen las banderas, y las guerras se llevan a cabo a golpes de teclado.
La innovación es trabajar para
que las cosas sucedan; no esperar, sino buscar la oportunidad. La innovación
fomenta y acompaña los cambios en una organización, pero necesita de otros factores
como diversión, pasión y espíritus aventureros que buscan el crecimiento
fomentando las relaciones abiertas, pero sobre todo, la comunicación.
Tom Serres, CEO de Rally.org y
quien por medio de su organización se encarga de recaudar fondos para llevar a
cabo acciones sociales en beneficio de las personas más necesitadas menciona:
“Todos queremos ayudarnos. En
este mundo hay lugar para todos. Más que maquinas necesitamos humanidad; la
gente tiene el poder de crear la felicidad. Sin valor no puedes hacer nada,
debes tener el valor para seguir adelante; coraje para ponerte de pie por lo
que crees”.
Por medio de la comunicación y la
organización, estos nuevos equipos de trabajo buscan la manera de conformar sus
propios equipos colaborativos y creativos. La comunicación permite integrar los
recursos necesarios y analizar las necesidades organizacionales destacando la
importancia de esta disciplina como factor estratégico para la organización.
La comunicación permite
planificar y diseñar las acciones pertinentes con la finalidad de desarrollar
un plan estratégico, con la finalidad de que la organización obtenga el retorno
de inversión mediante la
Propuesta Única de Venta. En suma: qué te ofrezco y qué me
puedes dar, una especie de trueque en este paraíso digital.
Los emprendedores no precisamente
lo que buscan es tener una cuenta abultada en el banco que les permita darse
una vida de grandes lujos. Stanley Yang, después de haber puesto a la venta su
empresa Triscend pudo haber tirado la toalla, pero decidió seguir en la pelea.
“Esta vez la cuestión no solo
sería hacer dinero, quería un objetivo más grande: hacer algo en pro de la
especie humana”, comenta Yang.
Son personas con ganas de comerse
al mundo, no solo movidos por interese económicos, sino también por razones
sociales. El conocimiento no puede permanecer inmóvil en el entorno digital
contemporáneo.
El comunicólogo no puede ser ajeno
a los avances tecnológicos, ya que ante todo debe tener la noción sobre el
manejo del conjunto de técnicas, el denominado know how de las herramientas digitales para el desempeño adecuado
de su profesión. Hoy la información llega a cualquier rincón del planeta en
cuestión de segundos en la “aldea global”.
Hernán Moral en su libro Guía de orientación en el presente: hitos para la comprensión de la
tecnociencia en la sociedad del conocimiento, menciona:
“Nuestras sociedades están cada vez más
cómodas con la idea de que estamos ante un conjunto de nuevas reglas que
constituyen un nuevo mapa de la realidad y, en consecuencia, un nuevo mundo,
con la ventaja añadida de que este mundo se puede explorar sin salir de casa,
con lo que uno puede ser cosmopolita en pantunflas, ganando batallas contra la
injusticia a golpes de click.
“Pero esta perspectiva es tan tranquilizadora
como falsa, ya que la era del conocimiento, esta Arcadia global, está siendo
cartografiada por quienes la diseñan y la llenan de reglas, estableciendo sus
límites y delimitando sus márgenes. Y eso no lo están haciendo, en general, los
hippies del ciberespacio, sino las grandes corporaciones, oligarquías y grupos
de poder a los que les interesa urbanizar este nuevo territorio para perpetuar
su dominio; la construcción de un presente, de un mundo, no es tarea aleatoria
ni ingenua”.
Hoy es posible establecer relaciones,
proyectos y negociaciones del otro lado del mundo con solo presionar una tecla
del ordenador. Son las ventajas del coworking
o trabajo colaborativo. La revolución tecnológica ha transformado la manera en
que ahora nos comunicamos y nos organizamos para trabajar en la era digital.
Ahora se habla de “consumo colaborativo” o de
“capitalismo socialista” en el entorno digital, donde varias personas se unen para
adquirir un bien o servicio. El futuro ha congregado al poder de las multitudes
para presenciar que el mundo está cambiando más rápido de lo que pensamos.